martes, 4 de noviembre de 2008

Sin querer.

Las cosas que ocurren sin querer son geniales. Me recuerdan un poco a las pantallas de los videojuegos míticos, míticos: vas caminando con tus zapatones redondos, tu cabezón y tu ropa de colores primarios tan tranquilamente y POP! levantas la mano y coges 5 puntos con forma de 7€ que dejaste el invierno pasado en el abrigo de Peluche; sigues caminando y unos seres con caparazón ocupan toda la acera hasta que en un momento dado uno de ellos esquiva un charco con una pirueta-sin-querer (¡las mejores!) al son de la música que te acompaña durante el viaje, tú pasas por el hueco y POP! 10 puntos.

Finalmente, llegas a la meta atravesando una zona coloreada de azul turquesa, blanco y naranja que te provoca felicidad, con riesgo de dejarte tonto y con espirales giratorias en tus ojos, ¡así que has de ir corriendo!



Qué mañana tan cuca.

1 comentario:

Anónimo dijo...

cuquisima indeed :)

¿no atopaste ninguna seta por el camino? jiji