sábado, 19 de diciembre de 2009

El camino de baldosas amarillas y el asfaltado.

- ¡Qué fuerte! ¡Es que siempre habláis en pasado!
- Tú utilizas también el pasado, pero compuesto.


Esa es la primera y última conversación que tuve con un tipo que acababa de conocer y cuyo origen, por su tez morena, hubiera podido ser colombiano. Es de Andalucía, así que en lugar de tez morena diré piel aceituna. En Asturias, por comparación, sería negro como el carbón y, al otro lado del Atlántico, café.

Se refería a la diferencia entre el pretérito perfecto compuesto y pretérito perfecto simple (como para entrar en detalles...). Aún estoy calibrando el nivel de sorpresa y la expresión corporal teniendo en cuenta que viene de un español que reside en Madrid, capital europea multicultural, multiracial, multinacional. La de la corazonada olímpica que quedó en infarto.

He de confesar que me sentí como un mono abriendo un caramelo a punto de ser fusilado por un montón de índices de pequeño tamaño en algún zoo que se precie (o no). Lo he hablado muchas veces con mucha gente, lo del "he hecho" e "hice", y nunca nadie me había hecho sentirme repentinamente iluminada por un foco enorme y blanco sobre fondo negro, congelada en el tiempo y el espacio, con mi caramelo a medio desenvolver, hipnotizada por la luz (suenan risas enlatadas), en el mismo instante en que se está cometiendo un delito o una acción reprobable - in fraganti. Me sentí aborigen de los bosques del lejano norte, con cerbatana (¿lingüistica?) y todo.

Es un hecho. España en lugar de tener un telón de acero, tiene un telón chubasquero de Capitán Pescanova. Me explico: el entorno y sus características empapan un lado y por el otro resbalan. Unos ansían el espíritu de ciudadanía europea y otros alimentan las tradiciones tradicionales tradicionalistas de la España profunda, las reflejadas en las postales con faldas de sevillanas, imanes de paellera con langosta (¿pero quién se ha comido una langosta tan grande como una paellera familiar?) y, por supuesto, la bandera con el toro.

Un lado del telón evoluciona y el otro no. Éste ensalza la memoria histórica y reivindica la cultura popular, también histórica. Podría ilustrarse con la diferencia entre usar preservativo y no, si los espermatozoides fuesen reabsorbidos al rebotar contra el látex.


Por cierto, el andaluz del chiste está haciendo un máster en derecho empresarial.


Si mal no recuerdo, el lado impermeable es el amarillo, como el envés de un capote.

Cada cual que se sitúe.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Revival II

27/03/07

Las pecas parecían disolverse en aquellas mejillas sonrosadas debido al calor, a las prisas y a la riña que le esperaba en casa impaciente. Las farolas del pueblo ya se habían encendido hacía un rato, cuando recuperaba el aliento y abría los ojos, y por la carretera secundaria, acueducto de los aires modernos de la ciudad, ya no pasaba ningún vehículo desde hacía varias horas. Ni una bicicleta de hierro, ya no eran horas de comerciantes.

Los zapatos le hacían un poco de daño en el orgullo, demasiado charol para 16 años y demasiado blancos para la cada vez más ligera inocencia, rasgada esa misma tarde, igual que el vestido de lino del que se encaprichó aquella zarza dichosa y que ahora tenía pequeñas manchas de color púrpura con sabor a mora, a sus labios, a su piel. Se decía a sí misma que, cuando llegase el momento, debería ser cautelosa, sensata, madura. Pero nunca planeó los ojos verdes, hipnóticos que le robaron la vergüenza en un suspiro, el derecho a gobernar sus instintos. Los ojos que le sumieron en un remolino de hojas, ramas rotas y hierba en el pelo; los que apagaron el sol de la tarde y acallaron los miedos más enraizados a su fe; los que redujeron el mundo a una burbuja al vacío, sin nombres, sin condición, sin conciencia, sin límites.

Tropezando con alguna que otra piedra, corría automática hacia la casa, reviviendo o, más bien, terminando de vivir aquella experiencia en la que lo más profundo de su ser pareció expandirse hacia el infinito a la velocidad de la luz, buscando desquiciada un muro final contra el que reventar en mil pedazos incandescentes... Duró poco más que la reanimación de la brasa de un cigarro en boca veterana, pero tuvo el efecto de la droga más adictiva.

Dobló la esquina y distinguió su portal bajo una luz tenue de farola de gas. Para su sorpresa, sintió un extraño alivio, como si le hubiesen quitado un peso de encima, a pesar de llegar una hora tarde. Se sacudió el pelo, plegó el vestido para ocultar las manchas de mora ...¿rojas?, creía haberse manchado de púrp... Un rayo de pánico la fulminó por dentro, sintió que se encogía y que le fallaban las rodillas. No pasa nada. No pasa nada. Respiró hondo un par de veces y recobró la serenidad. Entró en casa con la espalda arqueada y la cabeza gacha, quería volverse invisible.

- ¿Ana? ¿Eres tú? - su madre estaba en la cocina y su padre en el salón. Uno a cada lado de las escaleras que llevaban a su habitación.
- Sí. Sé que llego tar...
- Ya está hecha la cena. Cámbiate y ven.

¿No la iban a reñir?

- Por cierto, que sea la última vez que dejas al perro entrar en casa. Me ha destrozado la rebeca que me regaló tu abuela.
- Ah, lo siento, y siento la hora...
- ¿Qué dices? Venga, a cenar.

¡Aaah!

Y Ana cayó en la cuenta: es lo que tiene el final del verano, el atraso de hora...

lunes, 7 de diciembre de 2009

Revival I

Como los movimientos de mi cuenta de Fotolog son inversamente proporcionales a los de la cuenta del banco, me han desactivado mi pequeño rinconcito virtual en dicha red, es decir, ya no puedo publicar con ella, pero sí leer mis actualizaciones hasta el momento.

Así que, antes de que la hagan desaparecer del todo, he decidido recopilar las entradas a las que más cariño tengo y publicarlas por aquí poco a poco.

1, 2, 3, 14...



7/12/06

Cierro los ojos y me cubro el rostro con las manos. "1...2..." Apoya tus labios sobre los míos, y vuelca tu cajón de secretos en mi boca. "...3...4..." ¡Rápido, escóndelos uno a uno en mi caleidoscopio de sueños! "...5...6..." Hago trampa. Separo mis dedos en uve y abro un ojo. "...7...8..." Te descubro nervioso, con una sonrisa en los ojos y tus manos de niño a rebosar de tesoros perdidos en un bolsillo descosido. "...9...y..." Te das prisa, se te cae algún que otro momento. "...y..." Sigo espiándote: te enderezas, te sacudes el polvo de tus recuerdos de la ropa. Cierro mi ojo de nuevo. "...¡¡¡10!!!" Me doy la vuelta y la emoción te ilumina la cara. Te cojo de la mano y me pongo a buscar. Te guiñaré un ojo. Entonces sabrás que los he encontrado. Te besaré la frente. Entonces sabrás que están a salvo.



miércoles, 9 de septiembre de 2009

¡Feliz año nuevo!

Septiembre nuevo, vida nueva. Por mucho que nos empeñemos en felicitarnos el año en enero, los planes y proyectos comienzan a materializarse en el mes nueve, de "nuevo". Es más, una puede comentar en marzo el viaje que tiene planeado para la segunda quincena de agosto, ¿pero los planes para septiembre? "Uy, todavía queda mucho..."

Ahora, ¿quién planea el trabajo con la misma antelación que las vacaciones? También es verdad que entran en juego muchas más variables, pero si cupiese la posibilidad, ¿quién lo haría? ¿Eh? Yo tampoco.

Yo he comenzado mi año de manera sencilla: cortándome el pelo. No necesitaba un peinado para recibir al Rey1, de modo que opté por sentirme humanitaria y comprensiva y agradecer que permitan a gente con TOC (Trastorno Obsesivo-Compulsivo) canalizado a través de las tijeras ganarse el pan gracias a su handicap bajo el calificativo de "peluquero/a". Tuve buena suerte y, además de quedar bien el corte, si ahora me diese por robar un banco, podría raparme la cabeza y pasar por obispo con mi coronilla granate y el pelo en pecho ( y cuello y collar). Pagué por un corte de pelo y me vendieron una doble identidad. ¡Ja! Es como el chiste aquel de:

- He engañado a la taquillera. Le he dicho que quería un billete de ida y vuelta y no pienso volver...

¡Ay que ver! Cada vez que comenzaba a alisarme un mechón con secador y cepillo parecía que me marcaba el sello de la peluquería en el cuero cabelludo. ¡Qué ganas más locas de mugir! Fue difícil contenerse, de hecho. Eso sí, en mi vida me habían dejado el pelo tan liso con un secador. ¡Aquí los carga el diablo!

Además de una coronilla incandescente, también me dejaron con falsos indicios de desequilibrio hormonal. Ahora mismo tengo más pelo en el pecho que mi novio. Y no será por falta de brochas en la peluquería... Tenía tres delante de mí y no me ofrecieron ninguna.


Salón de belleza, dicen. Lo que no especifican es si te la quitan o te la dan.


Y parece que afloja el calor.


Bárbara informando para el mundo. Finalizamos.







1. Que además de ser campechano, ahora lleva barba de tres días y se codea con los republicanos, ¡voten al Rey para la presidencia de la Tercera República!. La verdad es que sería interesante, el mismo rey que conduce un país de la dictadura a la democracia lo conduce también de la monarquía a la república. Un rey para gobernarlos a todos. Oye, me ha dado por esta frase. ¡Quitársusmela de la boca!

lunes, 3 de agosto de 2009

Una llave para gobernarnos a todos.

"Esto es horrible", como decía una señora en la cola del banco esta mañana, que llegaba hasta la calle. Tres ventanillas y una cerrada en pleno centro de Madrid, a día 3, a las 11:30. Atendía una de esas cajeras-con-chicle y un señor que, a juzgar por la parsimonia y el aspecto, más bien parecía que sembrase patatas en Teverga y en sus ratos libres actualizase libretas. De todos modos me vino bien esperar esa media hora porque el aburrimiento me empujó a leer la letra pequeña del recibo. Así descubrí que lejos de tener que ir hoy a entregar la justificación de pago, he de ir a partir del 14 de agosto. Y eso estaba genial cuando aún no sabía lo que me contó el portero, porque así me daría tiempo a completar los quehaceres de esta mañana. La historia es la siguiente:

Estos días que estoy sola en el piso, cierro con llave por dentro durante la noche. Ayer, al abrir la puerta, la llave no salía. Desmontamos aquí la cerradura, quitando el embellecedor del lado externo y la manilla. Nada, la llave estaba atrancada. Llamé a un servicio 24h 365 d. Yo esperaba asustada al cerrajero. El clavo que me podría meter por ser domingo, por el desplazamiento en Madrid y por los extras con efectos especiales y de doblaje típicos de estos gremios me hacía temblar hasta revolverme la cena aún por ingerir.

Llegó un tío de 1'90 de planta, de alzado y de perfil. Yo esperaba un mañoso pequeño, más tipo joyero judío ortodoxo que boxeador ilegal. Eso es, era igual que el tipo enorme a quien Brad Pitt, en Snatch, mata de un puñetazo en la cara (qué gran película, y justo la echaron ayer). Pues esa mole fue quien vino en mi auxilio. En Madrid no hay Chapulín Colorado que valga.

Al menos venía uniformado, lo que me dio confianza: camiseta sin mangas de algodón, pantalones cortos y flojos, linterna en la boca y canalillo trasero. Y sudor, mucho sudor. Además, por teléfono adivinó el tipo de llave del que se trataba sin yo decirle Nada (!!!). Insisto, esperaba a un tío menudo pero con maña y conocedor de los intríngulis de la ciencia cerrajera, por lo que me sorprendió que este gigante sudoroso no fuese capaz de sacar la llave a lo bruto ni girándola con una llave inglesa a la máxima potencia sin control hasta pasado un buen rato y habiendo llamado a sus amigos Black & Decker (nunca imaginé que se utilizase un taladro para sacar una llave a no ser que directamente se hiciese un agujero en la puerta; hmmmm, igual tengo razón después de todo). Todavía va a ser obligatorio ser campeón de pesos pesados para un cerrajero.

Llegó un momento en que empecé a sufrir más por la puerta que por la cerradura. Después de varios "la hostia", "joder", "está jodida, jodida", "la madre que la parió" y tirar de los pantalones hacia arriba, consiguió extraer la llave... O lo que quedaba de ella. Y este cerrajero de Moria, que a poco quedó de rugirle a la puerta con todas sus fuerzas a la vez que pataleaba, con el fin de hacer vibrar la puerta lo suficiente para que la llave saliese sola (no lo intentó, pero podría apostar algo a que lo hubiese conseguido), me mostró la llave torcida, limada y con huellas de taladro. Con tono de cerrajero nervioso que pretende justificarte el dineral que le vas a tener que pagar sí o sí (cualquiera le dice que no...), coge y dice: "es que mira como está la llave".

Es que mira como está la llave. Esa frase retumbará en mi cerebro una buena temporada.

En su interior, su parte honesta pudo a la de cerrajero y siguió dándole a la cerradura hasta conseguir, al menos, abrirla con lo que quedó de llave. No podemos cerrar con llave, pero sí abrir desde fuera y desde dentro. Pero bueno, aún no estoy segura de si ésta es mi imaginación intenando justificar el clavel, no me hagáis mucho caso.

Al final resultó que mi copia de la llave es mala y se pasó de vueltas, lo que estropeó la cerradura. Nada, alrededor de 500€ de cerradura que habrá que pagar cuando se cambie. Y 139'20€ que el tío me cobró, cantidad sospechosamente inferior a la que vaticinó este Uruk-Hai del metal en términos de precio + iva., calculada por mi matemático particular con cabeza y con calculadora.

Si todavía tengo que pensar que tuve suerte. Igual debería haberle dado un poco de pan de Lembas para el camino a casa. El caso es que ahora sólo puedo abrir la puerta sin el emebellecedor puesto, porque si no la llave no entra bien.

Así que hoy, que pretendía empezar a estudiar, me levanté de bastante mal humor porque tenía que ir al banco y luego coger un bus a la facultad y volver y pedirle la copia de la llave al portero, para hacerme una nueva a mí "en ferreterías grandes, que tienen más máquinas". Al volver del banco resultó que está el portero habitual de vacaciones (con razón no lo encontrábamos ayer) y al chico que está por él en agosto no le dejó ninguna de las llaves del edificio. Nada, oye, si no puedo entrar en mi casa por lo que sea ya me quedo en mi felpudo alimentándome a base de polvo y escombros de las obras del piso de al lado.

Esa es otra. Creo que están haciendo un loft (o deshaciendo un piso, expresión a gusto el lector). Asomándome desde el balcón del salón, no se ve nada más que polvo y ausencia de paredes. ¿Ya aguanté la construcción de un dúplex en mi casa de Oviedo durante más de un año y ahora tengo que aguantar la de un loft en Madrid? Me paso yo el karma por mi ojo de Sauron. Dentro de poco empezaré a oír martillazos y taladros sin más por la calle y me protegeré de una bomba imaginaria agachándome en la esquina de un portal con el bolso por la cabeza, inclinándome hacia atrás y hacia adelante, con los dedos cruzados, sollozando por un mundo sin obras. Y será por obras en Madrid... Me doy un mes para salir en Callejeros o Vidas Anónimas.


Por cierto, queréis saber dónde está el San Pedro del edificio, lo queréis: en Asturias.


Pues eso, "esto es horrible". Y a 36º.

jueves, 9 de julio de 2009

Contrariando a Eva María.

Anoche me envolvió una sensación extraña. El aire se despojó de lastre, y lo hizo con tal brusquedad que se me puso la piel de gallina; la camiseta y mi espalda eran de repente dos cuerpos diferentes entre los cuales corría el aire. Un acto reflejo llevó cada una de mis manos (tengo muchas) a frotar el brazo contrario hasta sacarle brillo. Iban saliendo de mi boca, entre castañeteo y castañeteo de dientes, pequeños geniecillos de color azul-Perito-Moreno preciosos, en formación militar, con voz chillona y la esperanza de vida de una pompa de jabón que iban diciendo: "Joder!","Qué!", "Rasca!", "Hace!", "Aquí!".

¡Tenía frío! Anoche necesité ponerme una chaqueta por primera vez desde hace meses.

Aquí hay diez grados menos o más, más o menos, que en Madrid. Y se nota. Pero se nota con júbilo y mucha pompa y circunstancia y movimientos de pierna con los pies quietos a la vez que se frota una los brazos con las manos.

A ver si llueve, aunque sólo sea durante un par de horas. Se echan de menos estas cosas, sobre todo yo que soy una fanática de la lluvia. Tenía nostalgia de la rebecuca en pleno julio, por decir uno de los doce; de ver prao en general; de no bajar al subterráneo de la ciudad para nada; de sentarte en una terraza (con la rebecuca, claro está) a ver el tiempo pasar sin que te meta prisa el camarero, a quien no le cuesta nada entablar conversación (¿amistad?) como si fueses como los huevos, "de casa"; de hablar sin preocuparte por que no destaque tu cante jondo entre castellanos correctos y castizos; de comentar sin miedo con gente joven tu opinión sobre la homosexualidad, los toros y el aborto sin buscarte mayores consecuencias que la de que te contesten con otra opinión, que aun contraria, sea del siglo XXI; y de usar el pretérito perfecto simple porque sí.


Y hasta aquí puedo hablar. Ahora, a cascala por ahí que a eso vine, a esparcer.


Dije.

viernes, 19 de junio de 2009

Piso, piso, gorgorito...

Por fin, ya tengo piso. Como las mejores cosas de la vida, di con él de casualidad. Harta de ver absurdos decorados de "habitación de estudiante", que bien podrían ser a veces de papel maché, busqué una vez más, sólo una, un piso más, sólo uno, y lo encontré. Sabia lección ésta que se puede aplicar en cualquier situación: cuando veas que no puedes dar un paso más y sientas verdadera necesidad de rendirte, da otro paso. En muchas ocasiones, el paso definitivo no es el último, es el siguiente.

Esta búsqueda de habitación ha sido, cuanto menos, interesante. Y me gustaría poner mi granito de arena, en lo que a ofrecer habitaciones decentes se refiere, criticando por aquí la subestimación del criterio del estudiante a la hora de compartir piso. Me recuerda a la ecuación tan inexacta que equipara a niños con tontos. No sé a quién se le habrá ocurrido esa idea, pero es de todo menos cierta. Lo mismo pasa con los estudiantes. Que aún no seamos adultos profesionales no nos hace adultos amateurs. Así que, por favor, queridos arrendadores, a la hora de poner un piso en alquiler, no tengáis tanto morro y adecentadlo. Una "casa" es algo más que cuatro paredes y un techo. Hombre, es que he estado en auténticos zulos de convento. He visto una habitación con una ventana diminuta que, además, daba al pasillo de la propia vivienda... A ver cómo saco el olor, por ejemplo, de freír pescado de la habitación. Es cómo intentar ventilar el olor a residuo industrial de un coche abriendo las ventanas en ese maldito tramo de carretera.

Por no hablar de las fotos que se ponen, o directamente no se ponen, en las páginas dedicadas a estos menesteres. He visto fotos borrosas hasta el punto de no saber si estaba viendo un cuarto de baño o el interior de una discoteca, y eso que lleva menos de un segundo sacar una foto y menos de 2 minutos pasarla al ordenador; he visto anuncios con fotos de todo el piso excepto de la habitación en alquiler; otros solamente incluían la foto del baño y la cocina, total, teniendo dónde comer y dónde depositar lo digerido, para qué queremos más, ¡que vivan los tamagotchis!; fotos de habitaciones hechas tal desastre (dice La Reina Del Desorden) que no se apreciaban bien las dimensiones de las mismas...

También he leído "octabo" y "hubicado" (diferentes anuncios), y la h dista bastante de la no-tecla, por no decir que dista todo lo posible, de modo que no hay adyacencia de teclas que valga para disculpar la erdinosauria.


No obstante, he de decir que hay gente que realmente se lo curra, no necesariamente con millones de fotos, pero sí todas ellas útiles (porque tampoco vale poner 10 fotos de las cuales 5 ó 6 son ensayo y error de la foto que realmente te dice algo... true story). Incluso algunos incluyen un plano de la casa, para que te ubiques, porque nos quitan la h y nuestro sentido de la orientación protagoniza una tragedia griega.

Así que, a todos los que os esforzáis en anunciar y alquilar la habitación:

¡¡GRACIAS!!



A los que tiráis piedras contra vuestro propio tejado, nunca mejor dicho: probad suerte en las elecciones municipales. Os reconoceremos por la rosa en la mano. Algún día llegaréis a las generales y desempeñaréis dos candidaturas consecutivas para mayor confusión de la población.


Venga, un beso.

jueves, 4 de junio de 2009

Rómpete una pierna u opérate del hombro.

Ha pasado demasiado tiempo desde la última vez que me asomé a mi patio interior por esta ventana. Digamos que han estado restaurando la fachada y he tenido que supervisar la obra milímetro a milímetro. Me echaba de menos, la verdad. Como el tuenti me acusa de vez en cuando: "algo interesante habrás hecho".

Pues he actuado en un corto. Me presenté al casting por curiosidad y me cogieron casi en el acto. Resultó, además, que el director va conmigo a clase de "Métodos Matemáticos 2"o MMT2 o Métodos 2 o Metocuatro (y cuento 40).

El día del rodaje fue para recordar sin duda alguna. Antes diré que el corto aún está sin terminar por problemas de mala suerte. El actor que hace de "mi hermano" sufrió una lesión en el hombro durante un ensayo de teatro y necesita cirugía. Mi parte está hecha, pero falta la suya.

La historia es sobre los malos tratos que sufre mi madre por parte de su novio y de cómo mi hermano y yo, tras descubrir yo a nuestra madre ensangrentada en el salón, decidimos deshacernos del autor de la paliza y desaparecer del mapa.

Fueron doce horas non-stop (11h-23h) y llenas de anécdotas sutiles de las que le hacen a una reír a carcajadas a solas consigo misma, a riesgo de quedar de loca por la calle.

Empezaré diciendo que el rodaje fue el 23 de mayo. Mi cumpleaños es el 24 de mayo y este año mi primer "cumpleaños feliz" lo recibí de parte de una niña gordita de 13-14 años enfundada en un chándal de terciopelo ¡¡¡ROSA!!! que, siguiendo el camino de baldosas blancas de Avda. de Reina Victoria a ritmo militar con una bolsa de supermercado en una mano y la otra marcando el paso, le deseaba al mundo un feliz cumpleaños. Qué digo deseaba, le desafiaba al mundo a cumplir un año más. A juzgar por el volumen del cántico (que violó, quemó y corto en pedacitos a la merengada melodía de esta cancioncilla popular) y por la incongruencia del episodio, quizá el cumpleaños fuese más allá de las nubes de Orión de nuestros sueños más disparatados. O quizá fuese una señal secreta, como el apagón masónico-festivo de Nueva York o los centollos de Pazos.
No sé cuál hubiese podido ser el mensaje, pero la mensajera daba miedo de cojones.

Una niña loca. Una "prepúber" con las hormonas aún más espídicas y en modo vibración; con mayor grado de imprevisibilidad a la hora de pensar, actuar y cantar que una niña "normal" (comento aquí que el concepto "normal" durante la pubertad no existe, es sólo un vocablo con efecto placebo sobre los padres, a los que les gusta mucho confiar en un origen antropológico del caos adolescente).

Lo de cantar es un tema serio. No saber cuándo escucharás un desgarrador "Dulce Niña" de una niña de todo menos dulce pero con la certeza de que será en el peor momento y de la peor manera posible puede ser una auténtica tortura. Sólo diré que el parecido entre Guantánamo y Guantanamera es sospechoso.


Más tarde, en Cuatro Caminos, allá donde Jesucristo despistó a sus seguidores y donde aún siguen esperándolo y aclamándolo, nos regalaron un CD con una paloma mensajera en la portada acompañada de la leyenda Un Mensaje de Vida y Esperanza. Contiene hits como "Busca a Dios", "Ven Corre", "Eres una Obra" o "Cristo". La autora de los temas es Marizta Barreñada: www.maritzamusic.com.

Les dedico esta reseña a los que se han preguntado tantas veces qué ha sido de Rosana y de la tierra de sus "narices", que cantaba mi prima pequeña (¿veis?, si es que no se las puede dejar cantar solas) .

En un test de la web sobre si soy buena persona y si iré al Cielo, true story, una de las preguntas comenta:
La Biblia dice que los adúlteros y fornicarios (aquellos que tienen sexo antes del matrimonio) no entrarán al reino de los cielos (1 Corintios 6:9).

He hecho mis deberes, aquí están:

Corintios 6:9 : ¿Ignoran que los injustos no heredarán el Reino de Dios? No se hagan ilusiones: ni los inmorales, ni los idólatras ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los pervertidos.

Justo el 6:9. ¡Vaya, vaya! Aquí no hay playa y alguien sabe más de lo que dice.


Amigos, no todos los caminos llevan a Roma, algunos llevan a Dios directamente. Bueno, ya valió. Me estoy empezando a dar miedo.


Habiendo sobrevivido a esta avalancha de fe, nos movimos hacia la casa donde descubro a mi madre en el suelo del salón. El maquillaje quedó tan logrado que Lorena-hola-Bárbara-soy-tu-madre se fue con él puesto por Madrid un sábado a las 22h causando auténtico furor. El mismo furor que el cojo al que adelantamos en coche por el Paseo de la Esperanza. Él iba a pie, valga la redundancia.


Conclusión: buena experiencia la de rodar un corto. Aunque quizá como hobby me llene más el teatro, donde no tienes que repetir las escenas segundo a segundo exactamente igual para diferentes planos y diferentes iluminaciones y no te rompen el "momento". No sé si me presentaré a más castings, pero tengo claro que la interpretación no va a ser algo de lo que me desprenda fácilmente. Si lo disfrutas, lo disfrutas muchísimo.



Desde Madrid, donde el calor te da la sensación de atravesar un horno gigante lleno de telarañas que se adhieren a tus brazos sin misericordia alguna, mi muñeca con lazo y yo os deseamos una buena tarde, fornicarios &:).

jueves, 7 de mayo de 2009

Homo Sapiens Sapiens A

Abril llegó a su fin y con él el curso de interpretación. Siempre me llamó la atención esto del "papeleo", así que entre las ganas que tenía de adentrarme en este mundo, los compañeros y las genialidades de nuestra profe, Athenea Mata, me llevo uno de los mejores recuerdos hasta ahora de Madrid.

Éramos un grupo de lo más heterogéneo. Había gente muy especial; desde dentro hacia fuera. Considero que tuve el privilegio de seguir una visita guiada por ese interior y en tan poco tiempo que son dos meses. Ver esas cabecillas pensantes en plena acción durante los ejercicios de técnica que hubimos de hacer no tiene precio. Las mentes se muestran ante ti como un mecanismo de reloj. Debió ser de lo que más absorbí. Ojalá que con el tiempo, como siempre pasa en estos casos, el grupo no se disperse, pero si es inevitable, me quedaré tranquila sabiendo que aún hay gente increíble en este mundo de locos.

No sólo nos lo pasamos de puta madre día sí y día también, también aprendimos, o al menos yo, una infinidad de cosas, empezando por cómo soy. He de confesar que hubo ocasiones en las que me sorprendí a mí misma, y no actuando, en general. Reacciones y sensaciones nuevas para mí. Unas agradables y otras no tanto, pero todas ellas revelaron algo de mí que no conocía, así que bienvenidas fueron.

Si he de destacar algo que aprendí durante el curso, diré que ni en el mundo del teatro, del cine, de la interpretación en general, donde has de correr velos de 500 den entre tus circunstancias y aquéllas que has de defender como propias ante un público, están a salvo de exposición nuestros sentimientos. En todos los actores, reconoces un gesto, una mirada, una pausa al hablar que delata la naturaleza humana debajo del maquillaje y del vestuario. Por ejemplo, he visto miradas en este curso, camufladas bajo personajes variopintos, que me han permitido leer a las personas, a los actores, como libros abiertos durante su actuación al margen del papel representado. No hace falta apuntarse a un curso de interpretación para eso, diréis. Pero es precisamente ese matiz de "mentira" el que resalta el contraste entre interpretación y realidad.

Lo que quiero decir es que sabiendo que esos detalles de las personas que parece que quieren decirnos algo son capaces de atravesar la niebla de la interpretación, los pequeños brillos en los ojos o labios mordidos o tos sorprendentemente repentina o miradas perdidas durante fracciones de segundo dejan de ser simples gestos curiosos. Todos tienen un por qué. Prestadles más atención (en secreto, si queréis), os sorprenderá el resultado.

Por muy diferentes que nos queramos creer unos de otros, todos seguimos unos patrones de comportamiento inconfundibles. No me refiero a que ante un mismo problema todos huyamos o todos lo afrontemos, sino a que quien huye, describe esa serie de pasos que nos hacen reconocer una huída; lo mismo ocurre con quien la afronta.

Introspección, queridos, introspección. Deberíamos desarrollar más esa suerte del pensar. La mayoría de las veces nos perdemos en los demás sin tener claro qué puerto reconocemos como el nuestro. Cuántas veces habré (¿habréis?) empezado a defender una opinión, o simplemente a exponerla, y cuando termino ya no es exactamente la misma que empecé a explicar. Y lo peor de todo es que no sé en qué lugar del camino me desvié del concepto incial. Por eso me da un poco de miedo aconsejar a la gente cuando yo misma no sabría muy bien qué hacer ante la situación planteada. Es como si juntásemos a los obreros de la Torre de Babel y los pusieramos a jugar a Marco-Polo.

Yo no soy muy de pedir consejo, pero hace tiempo que no recibo alguno de estos gratuitos que nos permitimos tan a menudo (fea, fea, fea costumbre la de dar un consejo inseguro a una persona insegura; aunque me parece peor aún que la persona insegura pida consejo antes de pensar por sí misma, delata una mente vaga y débil, lo que se traduce en persona vaga y débil; ¡el poder está en la mente!) que realmente me haga cambiar de idea. La solución suele estar en nosotros mismos, por eso insisto en que deberíamos dedicarnos más tiempo para poder reconocer esas pistas del subconsciente que señalan la verdad de la que nos escondemos, el deber del que nos escaqueamos, la responsabilidad que no queremos asumir, la vocación que no queremos reconocer... Siempre se dispara una alarma al acercarnos al verdadero problema. Desde una sonrisa traviesa hasta una lágrima que no sabéis de dónde viene. Pues dejadme que os diga, viene de la solución.


Después de estos alardes de gurú del psyque, voy a digerir la noticia que dice que Nine Inch Nails, liderados por un verdadero gurú, Trent Reznor, tocarán en la sala La Riviera el 30 de julio. Si consigo ir al concierto, podré morir tranquila. Cruzo los dedos.

miércoles, 15 de abril de 2009

¡Barbaracoa!

A dos minutos de darnos dos besos se puso a llover. Y luego a granizar. Así que nos pusimos a salvo de la lluvia de agujas en un Vips.

Un té y una coca-cola en primera fila amenizaron el ensayo de lo que hemos de presentar mañana mi compañero y yo. Es la cuarta escena de La cantante calva (1950), de Eugène Ionesco. Teatro del absurdo. En un hall inglés, un señor y una señora, ambos ingleses, sentados frente a frente, creen haberse visto antes y comienzan a atar cabos, concretando cada vez más el lugar donde han podido conocerse. Desde "alguna parte" hasta la misma cama "con edredón verde, al fondo del pasillo, entre los retretes y la biblioteca" (al menos hay una distinción entre últimos lugares) y la misma hija rubia de "un ojo blanco y otro rojo". Resultan ser un matrimonio, que no pueden expresar mayor decepción al descubrir por fin quién es el otro.

Desde la mesa contigua nos miraba, curioso, un chico, como echándonos el ojo. Por si un día nos ve en la tele xD. Quiero pensar que porque lo hacíamos bien...

Cuando volví a fijarme en la mesa fue debido a un intenso olor a costillas con salsa barbacoa que, sorprendentemente, se estaban metiendo unas señoras antediluvianas entre faja y espalda. Eso sí, con sus collares, su traje de falda y chaqueta y su pelo cardado. Modernas a medias (¿panties?).
¿Dónde quedó el chocolate con churros?
Yo, la verdad, no me imagino a mis abuelas comiendo de un costillar más carnoso que ellas con salsa barbacoa a las 6 de la tarde. Es que no me imagino ni a mí. Las abuelas ya no huelen a crema de abuelas. Huelen a salsa barbacoa. Al final todavía tendré que sopesar la idea de Britney Spears de abuelas con piercings y tattoos.

Si es que empezamos con los descuentos del cine y parques de atracciones para niños y ancianos y cuando nos demos cuenta el happy meal dará a escoger entre un juguete y un año de cotización en la seguridad social.

Mis dos abuelas han estado en parques temáticos. Una de ellas incluso subió al Dragon Khan. Y sufre del corazón. Y desde antes de haberse montado en la atracción. Y ahora recuerdo que sabe jugar con el diábolo mejor que muchos. Anda, ésta igual se anima al costillar. Se lo preguntaré.

- Abuelita, ¿te hace un costillar con salsa barbacoa?
- "Oc", pero después del concierto, que si no con la cerveza y los pogos igual me guevuelvo.






Por lo demás, mi vida se reparte entre la fotografía, la universidad y el monedero, que ya está temblando por la temporada de fechas señaladas en la que me adentro, con más cumpleaños que días tiene el mes, casi.



Y esto ha sido todo por hoy. Un besaco en el sobaco para cada uno de vosotros, mis queridos/as lectores/as.

lunes, 23 de marzo de 2009

Persona, con p de Polinesia.

Este adelantado verano que estamos teniendo en Madrid me hace echar de menos la posibilidad de coger el coche y marchar a tomar una sidra a Tiñana, tomar el sol en Xagó, echar un Trivial en Ules, Nestea en mano... Ir con gente que quieres a cualquiera de esos pequeños rincones en los que debería estar prohibido permanecer menos de dos horas. Revitalizan. Eso sí que son spas, de sparcer (asturianada). Lo siento, Coca Cola, pero esa es la chispa de la vida.

En esta escala de grises metropolitana lo más parecido es tirarse en el césped, que no prao, del Retiro con cuidado de no pisar una mina de perro.

Manteniendo el equilibrio sobre esta línea de pensamiento, vi a una señora y a su hijo, pequeño, ambos de rasgos polinésicos, en el metro esta mañana y mi nostalgia quedó reducida a polvo, de ese del que estamos hechos y en el que nos convertiremos. Recuerdos hechos cenizas.
La señora iba vestida de negro; se me antojó que de luto por ese paraíso natural que las circunstancias le arrebataron. Una libélula verde, pequeña y brillante lucía en una solapa. Una ofrenda al muerto.

Puede que a partir de un momento haya tenido que dejar de observar su vida tal y como era. Se vería incrustada torpemente en una atmósfera de 256 colores sucios de bombilla de bajo consumo, de neón, de fluorescente, de prejuicios y asociaciones confusas para alguien que conoce la referencia primera de los colores, la original, el ciclo de la vida manifestada a través de pigmentos para los cuales los bits necesitarían trillones de estados: naranja butano, rojo putón, rosa chicle, azul cielo (¿seguro?), verde agua (¿seguro?), amarillo limón (¿seguro?)...

¿Será esto como quedarse ciego, pero del alma?

El resto de los sentidos se hiperdesarrollarán: el claxon de los coches será cada vez más insoportable, como ultrasonido de caza; el olor de la calle y los perfumes serán nauseabundos; los colorantes y conservantes se aferrarán al esófago como las raíces de un árbol a tierra húmeda y treparán por la garganta como verdaderas vegetaciones; el agua agredirá la piel, ésta se escamará y la persona se convertirá en un puzzle de sí mismo.

El caso es que hay situaciones en las que no ver es el mejor filtro para la conciencia y la indignación, como por ejemplo que en un vagón de metro grande y lleno a reventar solamente una persona le ceda el asiento a un invidente en el mismo momento en que lo descubre en el vagón. A las 18:53. La hora perfecta para ser persona. Como todas las demás horas.

La persona en cuestión era un chico de rasgos polinésicos, precisamente.



El olor a humanidad es pestilente porque la humanidad es pestilente.

jueves, 12 de marzo de 2009

Amarillo Watchmen limón.

¡12 de marzo y hace un día especular de primavera! Los estudiantes florecen en el césped de Ciudad Universitaria y llaman a las puertas de la percepción con sus cachimbas de colores a pleno sol, a plena mañana laboral, a plena juventud y con la defendida certeza de que a este ritmo no seguirán haciendo lo mismo a los cincuenta a pleno sol, a plena mañana laboral.

Los niños van de excursión por Madrid, cogidos de la mano, por parejas, comunicándole al mundo a pleno pulmón (a pleno sol, a plena mañana laboral) la cantidad de elefantes que se balancean sobre la tela de una araña. Son como pequeños periódicos ambulantes, futuristas, de Greenpeace, pero con mandilón, voz chillona y plastilina bajo las uñas.

La plastilina... Ese material que sólo es homogéneo e isótropo cuando aún está envuelto en el plástico y le echa un pulso a la física asegurando que mezcles los colores que mezcles, el resultado final es negro. Sobre todo bajo las uñas de pequeñas personas de 4 años. Aquí he de confesar que nunca entendí por qué regalaban un cuchillo de untar mantequilla con la plastilina. En mi casa ya teníamos, así que nunca fue necesario usarlo.

A mí y a los de mi quinta, además, nos tocó estrenar esa plastilina comestible llamada Play Doh. Qué mal olía. Aún la fabrican. En sus inicios fue un limpiador de papel tapiz, pero los críos empezaron a modelar con él, una cosa llevó a la otra y terminaron por venderlo como plastilina comestible. Está compuesta por harina, agua y sal (¡y una gota de elemento X!). Nada, que le echas un par de huevos, con perdón, nocilla, la metes en el horno y te queda un brownie de puta madre.

Supongo que es equiparable al Don Limpio. Igual pensabais que Don Limpio Limón era para que oliese a limón el suelo del baño. En el suelo del baño acabas, pero lo de oler a limón... El Bacardi Limón es a Don Limpio Limón lo que la Pepsi Twist a la Coca-Cola al limón. Lo que pasa que estas cosas sólo se ven en Madrid limón. Como hay tanta mierda limón en el ambiente limón, la gente limón se busca la vida limón y evoluciona el concepto limón de limpiador limón de baño limón o de cocina limón. La intersección limón de éstos es el estómago limón. Pues eso, limón.

También lo hay con frescor azul, extractos cítricos y desengrasante. El último es un poco ofensivo así que se sirve con el secretismo con el que se pide un Barceló-Cola Light o una Coca-Cola Light a secas una noche de sábado.

Y llegará el día en que los niños comiencen a echarse Don Limpio en lugar de Nenuco y olerán demasiado bien como para pasar desapercibidos. Y Hannibal Lecter resurgirá desde donde esté con ganas de pezqueñines. La empresa no tendría ni que cambiarle el nombre. Cuestión de tiempo.


Y mientras llega ese momento, voy al cine: Watchmen. Who watches the director? La caracterización de los personajes, los escenarios y los actores me parecieron de cine, valga la redundancia. Pero aquello que recae total y exclusivamente en el director... No haré un spoiler, sólo mencionaré que hay escenas, como una dentro de Archie, que rompen la atmósfera de novela gráfica totalmente. Que estamos hablando de héroes, ¡por Moore! Un poco de elegancia.

En resumen, la peli es larga y a mí se me hizo aún más larga. Repito que a los personajes, a la escenografía y a los actores les doy un 10, pero lo que liga estas herramientas para crear una película me pareció una cagada. No sé si pensar que a Zack Snyder le quedó grande el proyecto o que se tomó libertades desafortunadas, porque la materia prima de la peli es cojonuda pero me quedé con la sensación de que no se supo aprovechar del todo, lo que jode más que ver una peli mala a secas, sobre todo tratándose de Watchmen.

De todos modos, puede que a los no-fans, desconocedores de las dos horas largas que les aguardan a oscuras con esta temática a oscuras también, les guste e incluso les parezca un peliculón que trata el tema de manera original.

Quizá sea una peli pionera en ver antes de leer.

jueves, 5 de marzo de 2009

Las mil cosas y una cosa

Hoy me levante a las 7:30, son las 17:15 y hasta las 21 no pasaré por la resi. Y olé.

Durante este cuatrimestre seré una mujer tremendamente ocupada. En lugar de pelar mangos pelaré cables. En lugar de capoeira, ahora toca aikido. En lugar de nada pues me pasaré tardes en clases de interpretación.

Memorable mi iniciación al aikido el lunes pasado. Y más memorables aún que la iniciación son las agujetas que aún arrastro. Yo, que nunca fui persona de deportes, ahora me adentro en el mundo de las hostias bien dás. Durante el primer cuarto de hora me dediqué a aprender a caer hacia atrás; a lo largo del 2º cuarto de hora me dediqué a tirarme contra la colchoneta de frente como Peter Griffin cuando olvidó cómo sentarse, bajo la excusa de estar aprendiendo a caer hacia adelante. Toda una infancia de moretones entrenando para no caerse y ahora resulta que existe una manera correcta de hacerlo. ¡Mecagüen...! Deberían enseñarnos esto a los 2 años, para poder disfrutar a gusto de los montones de escombros de obras, de los bordillos en todas sus formas, de las piedras con las formas más temidas por las madres y las abuelas. En líneas generales, de "lo peor", por donde, por lo visto, siempre andaba yo.

El profesor es clavadito a Mike Myers, así que cuando nos comenta el nombre de algún movimiento se transforma en una especie de versión americana de Chiquito de la Calzada hablando japonés. Un poema. El poeta en cuestión es también profesor de mates aquí en la Politécnica.


Por cierto, hace tiempo que no comento el tiempo meteorológico por aquí: llueve o hace sol o hace viento o llueve y hace sol y hace viento. El frío es factor común.

Lanzaré pues para clase. A lo mejor cuando vuelva para casa tengo tanta suerte como el otro día y, mientras leo en el metro de vuelta, una mano morenita y regordita con hoyuelos se adentrará en mi campo de visión aferrada como a un clavo ardiendo a una bolsa de gominolas de colores con forma de ositos rebozados en azúcar. Esta vez igual le digo que sí y me como uno de color naranja vida, en lugar de comerme a Gonzalo el de Siete vidas. Qué personajes se encuentra una en el metro.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Mayoral hace amigos.

En Madrid, la ciudad donde el oficio más viejo del mundo se lleva a cabo en calles con nombres como Montera o la calle del Desengaño, cualquier momento es óptimo para quedar con cara y cuerpo de susto, muchas veces debido a caras y cuerpos de escándalo o directamente a caras y cuerpos de susto. No entraré en detalles de hombre pintado de mujer, pero con barba y labios rojos, pelos por doquier, mucho lápiz de labios, poca minifalda... Madrid is cool al aire.

Hoy iba yo con prisa tan tranquila, cuando de repente un personaje traspasó la barrera del sonido al querer preguntarme por la UNED. Me quité los auriculares y miré a ver si ponía alguna dirección el libreto que me enseñaba, pero sólo un código postal (no me sé los de Oviedo, me voy a saber los de Madrid...). Así que le dediqué un "lo siento" lo más empático que me permitió el cuerpo a las 10 de la mañana y a otra cosa baterflai. A los pocos minutos, vino trotando hasta mí y se puso a esperar el bus donde estaba yo, habiéndome comunicado muy jovialmente que lo que tenía que encontrar en Moncloa era un bus y no el edificio de la UNED.

Por su entusiasmo hubiera jurado que lo que realmente quería decirme era que había encontrado una bolsa de Judas llena de canicas de colores y que ahora sí podría ganar a Jaimito en el recreo de las 11.

Hago aquí un pequeño inciso sobre "bolsa de Judas". ¿Qué tipo de nombre es ese? Quizá nunca fue traicionero, sólo gay, pero la Iglesia... Ya sabemos, Dios los cría y el viento los amontona. Jaimito es otro nombre mítico donde los haya, como precisamente él mismo indica. La verdad es que nos gusta mucho eso de los nombres a los españoles, incluso mi profesora de mates del cole era incapaz de contenerse, con perdón, y llamaba a una función Pepe y a otra Juan, y a la prole correspondiente pues derivada de Pepe y derivada de Juan. Y parece que funciona el método, aún sé derivar por mil e integrar por máximo común múltiplo.


Llegó el G y corrimos hacia las puertas. Y cuando no llevaba ni dos segundos sentada en el asiento más fácil de arrinconar del bus, vaya por Dios, este chico que a priori pasaría por italiano pero a posteriori resultó ser marroquí (si lo hubierais escuchado hablar español comprenderiais esta confusión) estaba sentado a mi lado. Me mostró la pequeña encuadernación de nuevo y me explicaba que quería apuntarse a Económicas por la UNED porque quería terminar la carrera en España y obtener el título aquí. Me preguntó de dónde era yo. Entre miradas furtivas a los cuadritos de salida de emergencia como nunca antes en mi vida, le contesté detalladamente que yo era de España, a lo que él contesto con toda naturalidad "¡¡¡aaaaaaah!!! ¡¡Andalucía!!". Claro hijo, concretamente de Al-Andalus. Le dije que no, me preguntó que de dónde, y dije que del norte. Entonces comprendió: "¡¡aaaaaaaah!! Bilbao". Con razón yo luego me pregunto cómo le da a la gente por irse de Erasmus a Oviedo. Al final perdí la batalla y dije que de Asturias. "¡Buena gente! Muy amable, como en Bilbao", no se vaya a celar Bilbao.

Me contó que él estudiaba Económicas porque tiene un negocio y muchos jefes de negocios no tienen ni idea de administrarlos ni dirigirlos. Me turbaba realizar la pregunta obvia, pero como estaba en un sitio público lleno de fornidos estudiantes, me arriesgué:

-¿Y de qué es el negocio?

(música de Tiburón)

- Es un restaurante árabe. Y quiero abrir una tienda de informática.
- Pero no tiene nada que ver.
- Pero es un negocio.

Y como insistas más sobre ello te tendré que contar la verdad y meterte en un furgón con un saco de harina vacío en la cabeza.

Me dijo que se llama de alguna manera que seguramente nunca escribiré bien, pero sonaba parecido a Camel. Entre eso y las heridas debidas a deshidratación local en labios y mejillas empezó a cobrar vida la publicidad de dicha marca de tabaco en mi cabeza con él a lomos del dromedario (como nunca estoy segura y con esta palabra siempre parece que tiene una razón, pues para mí entonces sólo existen dromedarios: de una joroba y de dos; un saludo a los de la escuela de dos tipos de camello).

Por fin llegué a mi parada y me despedí de él. La verdad es que me cayó bien el tipo (alrededor de los 30) y el nivel de español tan alto que tenía, la sociabilidad en país extraño y esa percepción de los jefes de negocios junto con la idea de tener el título español, me dieron la sensación de que el tío no es cualquiera y sabe lo que hace.

Por suerte mañana voy a otra hora y podré darle esquinazo en caso de que realmente no sea cualquiera y sepa lo que hace. El miércoles que viene Dios dirá (Alá dirhám).

domingo, 8 de febrero de 2009

Fiebre de febrero noche.

Lo peor que te puede pasar cuando haces un examen a las 9 de la mañana del sábado siguiente al viernes "fin de exámenes" para muchos universitarios, es, además de suspenderlo, que esa noche de viernes pretendas acostarte temprano. No podrás. Sobre todo si el insomnio inducido se debe a una alarma de andamio que has oído por primera vez a las 21h en una habitación ajena, con la ilusión de que en la tuya, pocas abscisas antes que ésta, no se oiga.

Desconocedora de este tipo de alarmas, como siempre hacemos cuando desconocemos algo, en mi mente intentaba dar con la descripción exacta de este chivato sónico asemejándolo a un tiempo a varios sonidos conocidos. Más que nada porque si me cansaba de intentar dormir a pesar de los universitarios borrachos y gritones que iban tirando contenedores por la calle a la vera de la cual está mi cama, de alguna manera tendría que comunicarme con la autoridad correspondiente. Fueron varias las conversaciones que imaginé, todas ellas provistas de una introducción digna de quien nunca ha llamado al 112, sí ha preguntado varias veces a gente que tampoco ha llamado nunca, y aún no ha recibido una aclaración merecedora de dicho nombre. Tendré que romperme una pierna por la calle para descubrir qué se cuece.

- 112 dígame
- Sí, verá estoy en Madrid y hay una alarma en mi calle que lleva sonando horas y nadie la apaga.
- ¿Se trata de la alarma de un vehículo o de un establecimiento?
- Pues yo diría que de un semáforo de paso de peatones en verde con la potencia de una alarma de establecimiento o incluso de sirena de barco (las de mar son silenciosas mientras no las lleves al departamento de electrodomésticos de unos grandes almacenes en Nueva York e insistas en que pronuncie su nombre en su idioma nativo). Acelerada. Un remix. Green light ft. Boat.

Ahí imaginé que ya me habrían colgado.

- Emergencias, dígame
- Emmm estoy en la calle X. Hace horas que suena una alarma a una frecuencia de 3'3kHz y de bastante amplitud. Nadie parece interesado en desactivarla. Es relamente molesta y lleva siéndolo desde última hora de la tarde.
- ¿En qué provincia se encuentra?
- En Madrid. Madrid ciudad. Chamberí.
- De acuerdo. Haremos un filtrado pasa banda del muestreo de las ondas electromagnéticas recibidas en la extensión ubicada en la zona afectada; compararemos la digitilazación de la señal con las de aquéllas habitualmente emitidas en la zona; localizado el emisor de la señal, haremos un rastreo a través de la IP que asocia el punto geográfico de dicha fuente a la empresa responsable y avisaremos del problema.
- Bien, bien, siga circulando.

De haber sabido que se trataba de un andamio, hubiese salido a la calle y escalado por él con un machete en la boca e indispensable pañuelo-axel-rose o pañuelo-moda-punk-rocker-bershka-stradivarius-otoño-invierno-2008 en la cabeza, destrozado la señal (¿activado una segunda por daños?) y vuelto a mi cama en el tiempo en que la persona del 112 me explicaba el procedimiento a seguir.

Miento. Este invierno se estilan pañuelos palestinos fucsia, no pañuelos punkabilly. Estos últimos son demasiado underground para Bershka y Stradivarius. Igual los tienen en Pull & Bear junto a las camisetas de The Clash mientras suena música macarra-asusta-madres. Aaaaay Pull&Bear, incluso su nombre incita al pogo.

En la tercera y última conversación, habiendo dudado en las dos anteriores de si saben en qué provincia me hallo y de la información de la que disponen a la hora de identificar el problema a estudiar, me he ido por líneas generales (y paralelas):

- 112
- Hola. Estoy en España. (¡Pero no te digo dónde!)
- ¿Cuál es el problema?
- Hay algo en el ambiente que no me deja dormir. (Mi marido ronca. Y mucho.)
- ¿Disculpe?
- Sí, hay una perturbación de la noche que me impide conciliar el sueño. (Quédese conmigo y cójame de la mano mientras me duermo...)
- ¿Está el problema en su casa o en la calle?
- En ambos sitios. (En el metro también ronca.)
- ¿Se encuentra usted bien?
- Me duelen los oídos y la cabeza, pero gracias por preguntar. (¿Cómo dice? Hábleme un poco más alto.)
- Le enviaremos una ambulancia.
- ¡No! No necesito una ambulancia. (Necesito una grúa. Y un plan de pensiones, un seguro médico decente y un marido que contribuya a pagar la hipoteca.)
- ¿Está alguien intentando entrar en su casa?
- No diría alguien ni intentando. (Siga adivinando, yo sólo responderé sí o no)
- ¿Es una persona?
- No. (Sí....y no.)
- ¿Son varias?
- Tampoco. (Suena como una manada de leones hambrientos cerca de leonas en celo.)
- ¿Podría ser mas específica por favor?
- Es un sonido. (...que atenta contra las leyes físicas y matemáticas y mi oído izquierdo; un día me dejará inválida.)
- ¿De dónde procede el sonido?
- De la calle. Es muy molesto. (Es calvo, gordo y lleva gafas. Cómo han pasado los años...)
- Está bien, enviaremos un coche patrulla a la zona.
- ¿Dónde se encuentra?
- Estoy en la cama... (En el lado derecho, aunque casi podría decir en la arista superior derecha del colchón. Maldito montón de grasa egoísta y desconsiderado.)
- Dígame la ciudad y la calle, por favor.
- Madrid, X. 5º A.
- Gracias.
- A usted. (No hace falta que me lo devuelvan.)


Al final me cambié de habitación. E intenté dormir desde las 00h hasta las 07h. Fue imposible porque un fiestero-fin-de-exámenes de la residencia llegó a las 3 (estos fiesteros de Madrid...) y me despertó. Y luego yo desperté otra vez a las 5. Y así llegué con mirada tierna de sueño al examen, que no salió del todo mal, la verdad.

Otra noche bajamos tres a El Corte Inglés a por un paquete de tranchetes que se pagó con tarjeta. Uno de nosotros iba en zapatillas. No diré quién.



Y ahora a comer.

jueves, 5 de febrero de 2009

When I Say Jump, You SCREAM!!!

Acaban de comunicarme que se confirman Turbonegro y Backyard Babies para el Derrame Rock 14. Turbonegro y Backyard Babies en Pravia. Espero que no sea un grotesco rumor y no tenga que verme, debido a la vanguardista y refinada técnica del teléfono estropeado, bajo un sombrero negro, con los ojos pintados de negro sobre maquillaje blanco, bastón y en primera fila entre gente que va por la octava del día, más que ready for some darkness, y aparezcan Turbodiesel y Backstreet Babes, ganadores de maquetas de Los 40 Principales. Me lío a bastonazos con lo primero que encuentre. Probablemente con una lata de cerveza o un cachi/mini vacío.

Con el rock no se juega, a no ser que sea the area between the balls and the anus, que alguien le dará uso, digo yo.


Después de este subidón mañanero, procedo a actualizar la información sobre mí de la que disponéis, ¡oh, fieles....!

¡5ª temporada! Descarganding s05e04. Y así ando, Lost entre exámenes. Cuando los termine me veré gustosamente incitada a continuar espectante ante las aventuras de estos salvajes de la civilización en compañía de mis amigos el artista de los edificios y el trueno de los policías madrileños.

Volviendo al karma y a lo zen, estos días tengo en la cabeza una frase que me dio a conocer un amigo de la residencia: " La suerte favorece a la mente preparada". Verdad universal. Y esta experiencia de cambio de ciudadanía me abre los ojos de tal manera...
Es como si hubiese estado girando como una peonza tanto tiempo que hubiese saltado la pintura de la superficie sobre la que giraba, pero hubiese hallado una piedra pequeña en el camino, tropezado y cambiado el eje de rotación, saltándose después algún que otro principio, como el de inercia, el que te doblega a seguir con lo que estás haciendo a no ser que una masa acelerada ajena a tu dominio modifique tu dinámica, tu filosofía de movimiento e interacción con el espacio. Ahora parece que la peonza esté girando en sentido contrario y elevándose por el mundo, describiendo un solenoide de colores propio de un slinky (fotografía de Anna Ridley).

Aún me hallo cerca del origen de coordenadas, pero diferencial a diferencial se consiguen las cosas.

Existen coordenadas en el mundo de nuestra talla, pero no las conocemos. Hemos de descubrirlas, dar con ellas. Para ello hay que desprenderse de la fea costumbre de creer que lo que vemos es lo único que hay. The Doors predicaban que nos pasásemos al otro lado. ¿Y si el otro lado fuese uno de tantos de un hexaquisoctaedro? Disponemos de una vida para descubrir todas las caras B de este Show de Truman. Y el tiempo empezó hace mucho.


Just wait to find the speed
Then you will achieve
Escape velocity...


(Gavin Rossdale, Adrenaline)

miércoles, 21 de enero de 2009

Cara a cara con el Karma


11 días he tenido que esperar para tener tiempo y una pizca de energía de sobra para escribir. Febrero escuece ya para los universitarios. Y yo, que me las sé todas, desinfecto las heridas con vinagre de aceitunas y pepinillos y sal de galletas saladas. Cómo era aquéllo... Mens sana in corpore insano. Eso.

Igual que a un perro se le camuflan (no siempre, que no son tontos) pastillas en jamón york, yo camuflo distribuciones de carga entre porquerías ricas de la tienda de frutos secos de abajo.

Qué vicio decir camuflo. Es una de esas palabras que al pronunciar con una frecuencia desmesurada pierden el significado. Se meten en un acelerador de partículas lingüístico en el que la fueza centrífuga libera a la palabra de toda semántica inicial. Esta palabra, concretamente, pudiera acabar siendo un poncho peruano con trenzas de lana. O unas zapatillas con borreguillo por dentro. Aunque de estas últimas me parece que existen, de hecho, varios pares repartidos por el mundo.

Y a vueltas con el mundo, ayer me topé con una chica que parecía tener dificultades con su equipaje sobre ruedas (que no patas, amantes de Pratchett), bastante más pequeño que la mitad del mío. Estaba detrás de su maleta, doblada de cara a ésta, tensando las cuerdas que la sujetaban, a la maleta, al carrito metálico, y con el pelo por la cara. Me ofrecí a ayudarla, recordando viejos tiempos, y quiso el Karma con mayúscula que la chica fuese rusa. Al final sólo necesitó un par de indicaciones para coger un bus, pero siento que he devuelto la mano que aquel día me echó el mundo (aunque a regañadientes, eh...). Amén. O lo que se diga si crees en la bondad y en que al predicar con este ejemplo el mundo te recompensará. Es decir, bienaventurados los mansos que heredarán la tierra. Se dice amén, ¿no?

Poco más. Sex Museum me dejaron sorda del oído izquierdo el viernes y me compré un paraguas con mango. No estoy muy segura sobre cómo describir un paraguas con mango en la era de lo plegable y lo minimalista. La expresión “paraguas con mango” disipa todo el glamour. Es como decir “agujero en la piel”, en lugar de piercing.

¿Estará ya incluido en los cánones estéticos que gobierna el término vintage o se trata de un clásico? Qué impresión, lo que yo usaba habitualmente en mis tiempos mozos y gallasperos ya cicla en la moda. A este ritmo voy a tener que alternar polainas con tanga a lo largo de la semana.

Apelo a continuación (dos rombos) a los lectores y editores de la Rolling Stone. Me quedé estupefaciente, estúpida, estática, e incluso estupefacta cuando tras leer en la portada Los 100 mejores cantantes de todos los tiempos y pasar página veo una foto de Britney Spears con una frase entrecomillada de su propio huerto, por qué no decirlo, abonada con su propia masa de residuos orgánicos desechados por el cuerpo que nada tiene que ver con la inteligencia de la que huye despavorida la muchacha. Mierda. Que me pierdo. La frase dice así: "Ahora me siento como una abuela".


Los 100 mejores cantantes de todos los tiempos.

Britney Spears enseñando el piercing, que no agujero en la piel, del ombligo y dejando asomar un tattoo, que no tatuaje, de la cadera: "Ahora me siento como una abuela".


Porque Britney Spears no cree en las Chicas de oro, sino en las chatis de acero quirúrjico.


¿Qué será lo siguiente? Hagan sus apuestas:


1. Waku-waku en la National Geographic;

2. La casa de Gran Hermano en Nuevo Estilo;

3. Carmen de Mairena en el catálogo de Victoria's Secret;

4. Petit-Suisse de morcilla;
5. Amy Wino, o Winehouse, o comosea, al frente del Centro Reto con el eslogan, más que evidente: No, no, no…
6. Actuación para niños de Risto Mejide
en colaboración con Rita Irasema en Redes bajo el título Doble R contra las cuerdas o Tridentendidos.


Una vez conocí a un ginecólogo llamado Dr. Agujero. Verídico. Era alemán. Si ver, veremos...

La guinda a este pastel de actualización la pone la (debo coger aire para calmar mis nervios) carta de pago de la universidad. Ya quasi soy alumna de toda la vida de la Politécnica. Me siento como si me hubiesen dado, tras años de espera, tergal y construcción, la nacionalidad española. Estoy de enhorabuena, queridos míos.


Además, me han chivado una web donde están TODOS los exámenes, de TODAS las asignaturas, de TODOS los años, todos RESUELTOS. Jo, jo, jo...



¡Ay qué hambre! Voy a comer. Que necesito fuerzas para repartir muchos besos y abrazos por la tarde de la mano de Rouco Varela en la cabalgata del orgullo Gay.


Bueno, es mentira, pero vaya estampa, ¿eh? Más bien sería una estampita.

sábado, 10 de enero de 2009

Ver para creer.

Hola, soy Bárbara. Una chica bajita, tan menuda que no puede donar sangre porque me quedaría sin ella (esta era una chica tan pequeña, tan pequeña, tan pequeña que no consultaba los análisis de sangre con el médico, sino con el taxidermista... ja ja ja), con genio, pero de buen corazón, y hoy casi hago estallar un vestido de la talla S.

¡La culpa es de los padres, que las visten como putas!

Lo pasé francamente mal. El mundo de la moda es muy cruel. Estuve 10 minutos de reloj y de sudores fríos intentando quitar el vestido por la cabeza, porque por la cadera era imposible. ¿Elastán? ¿Qué es eso? Yo solo me pruebo vestidos de trapo. Harapos. Eso sí, harapos de la capital.

Total, que de tanto fozar con el vestido acabé con tal muesca en cada hombro que ríete tú del cuerpo por partes de la Barbie. Las axilas quedaron listas para ser sembradas.

Barajaré esta última idea en vista del éxito gastronómico de mi residencia. Ayer en la comida, había de primero: coliflor, patata cocida y zanahoria. Y tuve suerte porque no había mucha gente en la cola de racionamiento y me pude hacer un hueco al lado de la hoguera de periódicos, ya que mi radiador principal no funciona. Kaput. Así me iba la gargantitis con la que llegué y a la que el tiempo homenajeó con una nevada histórica... Empecé a estudiar y a dormir en una habitación que está libre y caliente y aislada de los latigazos sónicos del acordeonista. Es más peque, pero para estos días está muy bien.

Retomando la historia del vestido, con mucho miedo y cansancio (porque los tíos no tenéis esta experiencia de quedar atrapados en un vestido o una camiseta de tirantes, y cansa MUCHO luchar contra un cacho de tela) tiré y por fin me lo pude quitar. Faltó el canto de una navaja para rajarlo, porque no suelo llevar de eso en el bolso.

Especial mención al body milk que mantiene mi piel hidratada 24 horas al días y actuó como lubricante. Este efecto secundario de la crema hidratante no lo mencionan en los anuncios y deberían. De la misma manera que nunca se menciona la cantidad de cosas que tienen arreglo con un quitaesmalte. Aaaaay si MacGyver fuese tía...

Obviamente no me llevé el vestido.

Más rebajas. En otra tienda que empieza por z y acaba por ara (lo que hizo el vestido con mis axilas) vi a un... señor preparando el tabaco de liar para hacer un cigarro. Estaba apoyado en un mostrador con una masa con vida propia y combulsiones constantes de jerseys y chaquetas de punto y angora, los mejores repelentes del tabaco. Es más, estos jerseys lavados con Perlan son al tabaco lo que tajar ceras de colores a los dedos ( y a las manos, y a la ropa, y al suelo...). Si no conocéis la experiencia de tajar ceras de colores, es que no tuvisteis infancia. Probadlo y seréis libres, mis fieles seguidores.

Y esto en plenas rebajas. En Fuencarral. En ZARA, la plaza de abastos de la ropa.

Están locos estos madrileños.


Por último, desde aquí hago un llamamiento a los ciudadanos Kane del mundo. Habiendo recorrido mucho camino, subido y bajado yo con mi maletón, mi portátil y mi mochila de más de 7 kg a la espalda un buen trecho de escaleras (un BUEN trecho de escaleras, creedme; desde Chamartín hasta Quevedo en metro, para los entendidos en esto), quedé descansando en un descansillo, que para eso están, mirando hacia la luz que venía de mi meta: la calle. Cuando, hecha polvo ya, me mentalizaba para subir dos últimos tramos de escaleras, se acercó una chica con acento ruso y se ofreció a ayudarme. Pocas cosas he agradecido en mi vida como esta.

Tiene bemoles que haya tenido que ayudarme una mujer procedente de Rusia porque los propios madrileños/residentes en Madrid no se ofrecieron en ningún momento. 10 minutos, sin contar el tiempo en que subí las escaleras anteriores, sin traje de invisibilidad ni nada. En una boca de metro. A las 5 de la tarde. Para alucinar. Sólo uno en Cuatro Caminos me indicó dónde estaba el ascensor sin preguntar yo (sirva de referencia para imaginar como iba de cargada).

Y este año lo que viene fuerte es la gripe, no los huesos de cristal.

Está claro que si necesitas ayuda sólo te la darán aquéllos que conozcan la necesidad.


No estaría mal que rebajásemos la empatía por mutuo acuerdo. Está realmente cara.

lunes, 5 de enero de 2009

Noche de Reyes.




Hoy será noche de reyes. De los auténticos reyes. Los que no entienden de ideologías políticas ni de razas ni de guerras ni de clases sociales; los que admiran las estrellas y no el brillo de las monedas; los que empatizan con los demás de la manera más humilde; los presentes en el nacimiento más esperado; los que no le temen al mundo, independientemente de las circunstancias; los que no ven impedimentos en atravesar desiertos, les basta la compañía y el deseo de llegar cuanto antes; los que se expresan sin miedo y no saben mentir; los de vaso de leche y bigote blanco; los reyes de la ilusión; los que se visten con disfraces como si de las mejores galas se tratasen; los que regalan auténticos tesoros inmunes al paso del tiempo; los santos, inocentes; los que no envejecen ni en nuestra imaginación ni en nuestra naturaleza; los que miran y sonríen con magia; los que reciben cartas con deseos secretos; los que las escriben; los que regalan caramelos de colores; los que, azotados y nerviosos, los recogen...


¡¡Que llegan los Reyes!!