Hoy será noche de reyes. De los auténticos reyes. Los que no entienden de ideologías políticas ni de razas ni de guerras ni de clases sociales; los que admiran las estrellas y no el brillo de las monedas; los que empatizan con los demás de la manera más humilde; los presentes en el nacimiento más esperado; los que no le temen al mundo, independientemente de las circunstancias; los que no ven impedimentos en atravesar desiertos, les basta la compañía y el deseo de llegar cuanto antes; los que se expresan sin miedo y no saben mentir; los de vaso de leche y bigote blanco; los reyes de la ilusión; los que se visten con disfraces como si de las mejores galas se tratasen; los que regalan auténticos tesoros inmunes al paso del tiempo; los santos, inocentes; los que no envejecen ni en nuestra imaginación ni en nuestra naturaleza; los que miran y sonríen con magia; los que reciben cartas con deseos secretos; los que las escriben; los que regalan caramelos de colores; los que, azotados y nerviosos, los recogen...
¡¡Que llegan los Reyes!!
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