viernes, 16 de abril de 2010

Nueva York III: Break on through to the other side.

Bueno...las maletas sí llegaron. No fue más que un amago de recurso literario para dotar la historia de un mínimo de dramatismo, que nunca viene mal. De hecho, llegaron esta mañana que estoy a punto de describir. Os recuerdo, es la segunda mañana en Nueva York.


    Era una casa tan pequeña, tan pequeña, que cuando entraba el sol tenían que salir todos...    

Cualquiera se proponía dormir hasta las 9 del tirón en aquel loft... El ventanal era tan grande que no pudimos tomárnoslo en serio y la preocupación por ser vistos en paños menores quedó atribuída a la mirilla, la cual tenía bastante más parecido con una ventana.

Esa mañana además, no pudimos aprovechar el inevitable madrugón. Nos habían dicho en el aeropuerto que las maletas llegarían a partir de las ocho de la tarde del día anterior. Llegó un señor de origen jamaicano y del Bronx al mismo tiempo con ellas a las 12:30 de la mañana siguiente. Desde luego que después de las ocho de la tarde. Nos han jodido. Así también soy yo precisa, ¿oíste?

La historia completa fue que, a pesar de haber avisado nosotros a la casera de que llamarían a su número neoyorquino cuando viniesen con las maletas, ésta, según el tío del transporte (os recuerdo, además, que nuestro portal es el único de toda la calle que no tiene el número visible), le había colgado a las 7 de la mañana. Excuse me? Eso le contestó Pela por teléfono al jamaicano del Bronx al contarle esto. Excuse me? Es que no venía otra cosa a la cabeza. No salíamos de nuestro asombro. Y ese día, precisamente, habíamos despertado de manera "natural", porque la luz era de sol, como a las 6. Pela le ofreció nuestro número internacional, por si la casera seguía en Babia, a lo que el Mr. contestó, mientras conducía el camión:

- No international number!! I need someone to pick up the phone when I CALL YOU!!!!


Mediodía - sorry for the trouble - no problem, man - maletas.

Con la sensación de estar más limpios que nunca, recorrimos Bowery St. Íbamos con la intención de ver el CBGBs. Para nuestra sorpresa, en su lugar había una tienda de John Varvatos. Ropa rockera con mucha clase y excesiva calidad, a juzgar por los precios: la chupa más barata costaba más de 1000€ y el pañuelo más barato rondaba los 300€

La decoración era increíble. Por lo visto, el dueño es un auténtico y tiene expuesta en la tienda parte de su colección de posters. Auténticas reliquias. Además, protegidas por vitrinas, conserva zonas de la pared original, que no era otra cosa que un caos de posters y grapas. Espíritu e historia de la música todo en uno.

Lámparas del CBGB's


El local es muy amplio. En el centro tienen un pequeño escenario que deja intuír el cambio que sufre la tienda al caer el sol. Nos invitó a comprobarlo uno de los dependientes, con el que hablamos un rato y quien nos contó un poco acerca del local y acerca de tequila y cerveza gratis. ¿Pero qué les pasa a los americanos con el tequila?


El concierto, al día siguiente, era demasiado pronto para los turistas de nosotros, así que entramos con él empezado sin estar en la lista. Según Pela, porque el portero dijo "WOW!!" con los ojos muy abiertos ante mi abrigo de leopardo. Yo creo que porque al hablarle del dependiente hispano y porque quedaba poco tiempo de concierto y poca bebida (la party continuaba en otro sitio cercano). De cualquier modo, aquella fiesta desprendía un estilazo del copón. Con fotógrafo y todo que me quemó la retina con un inesperado flash nada más entrar.
Sea como fuere, nos colamos en un concierto en el CBGB's y bebimos cerveza gratis  rodeados, muy probablemente, de varios famosillos que no conocíamos, pero despuntaban de manera muy, muy obvia (¡qué rabia no saber quiénes eran!).

Para rematar la noche, habiendo malcenado en uno de los locales de la franquicia de hamburgueserías Wendy's (NUNCA MAIS), pillamos un taxi hasta el Manitoba's. Es el bar de Richard "Handsome Dick" Manitoba, cantante de The Dictators. Nos esperábamos un bar animado y lo que había era un quiz que sorteaba golpes de tequila (¡otra vez con el tequila!) y, en segundo plano, una película llamada Bitch Slap. Resumen: tres tías buenas a tortazos y patadas limpias en un descampado, manchadas de grasa y goma quemada. Vestidas, para vuestra sorpresa. La combinación de todo produjo uno de los ambientes más bizarros que he visto. Imaginaos un bar de mala muerte con el camarero entrado en años secando vasos con un trapo, de espaldas a la puerta; dos o tres auténticos de la lona y el asfalto fumando hasta el filtro, con gorra y pelo cano, y mirando hacia la poca luz que entra por las ventanas, con Bitch Slap de fondo. Ahora, además, añadidle un quiz de cultura general de varios sets de 9 preguntas en manos de una tía con un micro, demasiado relajada para la tarea. Vaya fiesta, ¿eh?

Retomando el miércoles, comimos en el ACME Bar & Grill, un restaurante de comida cajún. ¡¡Aaaaay New Orleans de mi corazón...!! La comida estaba tremenda. Tomad nota. Ahí vimos un rato del Barça-Arsenal a las cuatro de la tarde jeje. Cerveza del día: Homemade Red, casera como su propio nombre indica.

 ACME Hot Sauce - Almost Flammable!

 Quemamos la tarde por Bleecker St, llena de tiendecillas de estilo hippie y de segunda mano, además de alguna de tecnología tuneada y otra de quesos. Ésta última es referencia, de hecho. Esta tarde también vimos las míticas canchas de baloncesto públicas, pasamos por el campus de NYU (New York University) y de noche... Representación en Broadway. Esto lo dejaré para la siguiente publicación, intercambiando así las noches del miércoles y el jueves.

Estad atentos ;)

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