sábado, 10 de abril de 2010

Por los 265 días de 2010 restantes.

Por la calle, delante de mí, iba un niño pelado, con tono amarillento. De la luz del sol, prefiero pensar. En brazos de su padre, que era muy alto, y cogido a un globo azul de helio. Más cerca del cielo que de la tierra.

Su hermana intentaba amaestrar un monopatín pequeño con el apoyo físico de su madre, pero siempre a punto de caer. La tierra la reclamaba.


Con la voz más débil que he oído nunca salir de la boca de un niño emocionado y divertido, un sábado primaveral, un día estupendo, le decía el valiente a su hermana: "¡Agárrate!¡Agárrate!".



Agarraos a la vida. Lo más fuerte que podáis.

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